miércoles, 30 de abril de 2014

Bésame mucho

Este relato es una versión de Bésame. Se narra la misma escena pero desde un punto de vista diferente. No es necesario leer el anterior para entenderlo, se trata solamente de una extensión.

No pensaba que la cercanía de alguien pudiera afectarme tan profundamente. Pero verla a tan solo unos centímetros de mí iba más allá de lo que podía soportar. Las puntas de mis dedos cosquilleaban por tocarla, mi sentido del olfato por olerla más profundamente y el del gusto, por probarla. Pero de todas formas intenté parecer imperturbable y que ella no pudiera percibir el deseo en mis ojos. Traté de concentrarme en otra cosa que no fueran sus preciosos ojos, su sedoso pelo, sus carnosos labios o su suave piel. Fallé estrepitosamente, no lograba siquiera apartar la mirada de sus brillantes iris. Por un momento me pareció ver una luz diferente en ellos, el reflejo de una sensación, de un deseo. Y cuando se abalanzó sobre mí, di gracias por poder probar sus labios.